Todos sabemos los conceptos que evocamos cuando nombramos la palabra adolescencia.
Muchos recordaremos las circunstancias que rodearon esa etapa en nuestra propia vida.
Sin importar lo mucho que evitemos repetir viejos esquemas, es frecuente perdernos en la crítica, la queja, la impotencia….las amenazas.
En especial en este espacio/tiempo donde el uso masivo de Internet parece arrebatarnos del aquí y ahora; de compartir el instante presente.
Sin embargo; ofrecemos alternativas, estímulos o motivación que los seduzca a comunicarse?, a contactar con esa dimensión en paralelo que es nuestro “mundo real”?.
Si estar separados es solo una ilusión.
Si todos somos uno, sus necesidades son las nuestras y viceversa.
Es posible un punto de encuentro?.
De que manera incide El Caballo en todo esto?.
El caballo es un animal de presa y teme por su vida.
Nosotros somos depredadores y no tememos a casi nada, excepto a nosotros mismos.
El caballo se rige en libertad a través de un liderazgo involuntario, en ocasiones compartido, y en perfecta armonía con su entorno.
Nosotros recurrimos al dominio y al poder en la búsqueda de liderazgo y acostumbramos a tomar lo que necesitamos asumiendo el derecho sobre todo y todos, provocando desequilibrio con nuestra falta de respeto a los órdenes naturales.
Su lenguaje principal es el intuitivo.
El nuestro es el lenguaje hablado.
Esas son diferencias, y hay más.
También hay similitudes;
Las dos especies somos gregarias, de manada; solo que ellos lo tienen muy presente.
En la manada equina, cada uno ocupa un lugar, hay lazos de amistad, y también hay desavenencias.
Sin embargo, su estructura social y su comportamiento protegen el lugar de cada individuo con el fin último de priorizar la protección de la manada como conjunto.
Cuando contactamos con él desde el respeto y la confianza, el caballo se comunica y comporta con nosotros como con otro individuo de su manada, ya que está guiado por su instinto a tiempo completo y puede integrar a su manada a todo aquel que se comunique adecuadamente.
Vivenciar con él es conectar automáticamente con el aquí y ahora de cada momento.
Su presencia, su tamaño, su fuerza potencial contenida nos despierta nuestro instinto de auto-conservación y nos mantiene en el presente.
Su natural curiosidad y disposición a coordinarse nos despierta las
ganas de permanecer a su lado e intercambiar.
El “ES” en cada instante, y sin que nos propongamos a su lado “SOMOS”, sin el condicionamiento de la palabra, disfrutando de la quietud de nuestra mente…
…un vínculo libre de JUICIOS.
La mixtura de todo lo referido en un mismo instante de tiempo lo vuelve una experiencia conmovedora, potente y en muchas ocasiones adictiva.
La invitación extendida entonces es:
CONECTAR EN TIEMPOS DE DESCONEXION
El enfoque, la seguridad y la confianza unen en manada a personas y caballos que marchan juntos por elección voluntaria.
La duda, la inseguridad y la desconfianza nos separan y los caballos eligen auto-liderarse y se apartan.
La misma experiencia grupal es vivenciada de manera individual,
compartir los sentires y perspectivas de cada uno nos nutre a todos.
El mayor potencial del encuentro con el caballo es;
ser un espejo instantáneo de nuestro accionar, reflejándonos en cada momento.
Así nos brinda a cada paso, nuevas posibilidades de descubrirnos y ser más conscientes de nosotros mismos.
Gracias gente!
Gracias yeguas y potros!
Y en especial gracias al Haras La Concordia por facilitarnos el encuentro.
Coordinadora de Grupos.
Centro Gestáltico de Montevideo.
Lectora de Registros Akásicos.
Escuela Libre de Registros Uruguay.
Ana María Correa 095 169 267
Manejo Integral del Caballo.
Impronta, Pre - doma, Doma Natural.
Certificada en Modelo EA GALA de Psicoterapia, Desarrollo Personal y Aprendizaje Asistidos con caballos.
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