Quienes disfrutamos de observar y aprender sobre
comportamiento del caballo, sabemos que la raza sangre pura de carreras, siempre
esconde casos especiales entre los nacimientos de cada año.
Una raza tan abusada por la intervención humana, que
en ocasiones se comporta como si su origen se remontara más a un experimento de
laboratorio que al cruzamiento natural.
De nuestra mano nació y de ella se nos escapa con más
frecuencia de la que confesamos.
Porque el desequilibrio del orden natural, la
sobreprotección, y el cruzamiento indiscriminado muchas veces se expresan en
individuos singulares que por fragilidad u otras características es probable que la madre
naturaleza nunca les hubiere dado oportunidad de sobrevivir y menos aún de
procrear.
De igual manera, esta raza alberga una colección de
temperamentos más variados que las otras.
Vocablos como malo, loco, intratable, disimulan
nuestra falta de comprensión de “tacto” y de conocimiento para tratar con
nuestra “creación”.
Porque cierto es que nacen individuos con rasgos
temperamentales desafiantes.
También cierto es que por las características de crianza,
estamos más cerca de ellos desde el vamos, que con cualquier otra raza equina.
Un manejo temprano, nos da la posibilidad de
“encauzar” esos temperamentos llamados “difíciles”, que por regla general
consisten en extrema sensibilidad, la cual no encaja en un mundo sustentado en
la consigna del trabajo en serie.
Lady Cat, es una fiel representante de este género de
pequeños enigmas.
Su sangre destila genes de clase y genialidad por
ambas líneas.
Su porte hace honor a lo anterior; femenina, felina,correcta: el sueño de un potrillo, materializado y galopando por el campo.
Los buenos, los que ganan de verdad, parecen tener más
permiso en nuestra conciencia para reconocerlos malos o locos con derecho a serlo.
Y si un rasgo corredor se transmite junto a un temperamento explosivo y/o agresivo nos resignamos a lidiar con un animal que se haga, e incluso, nos llegue a hacer daño.
Sin darnos cuenta al aceptarlo lo integramos y lo confirmamos.
Combatirlo no es productivo; existen otras posibilidades?
Y si un rasgo corredor se transmite junto a un temperamento explosivo y/o agresivo nos resignamos a lidiar con un animal que se haga, e incluso, nos llegue a hacer daño.
Sin darnos cuenta al aceptarlo lo integramos y lo confirmamos.
Combatirlo no es productivo; existen otras posibilidades?
Siendo bebé aún, esta mocosa le quemó los libros a más
personas de “entre” los caballos de las que uno imaginaría.
Simplemente los dos o tres elementos que se nos
ocurren para someter setenta o cien quilos de esencia del género Equus, con
ella no funcionaban.
Nadie llega a un producto de tal calidad para perderlo
o lesionarlo en un manejo inadecuado, así que su “especial” temperamento nos
detuvo en seco y nos implicó ser creativos y empezar de nuevo.
Si el caballo merece el término “noble” es gracias a
su capacidad de volver a confiar, aún en contraste con una especie tan variable
como la nuestra.
Y la pequeña Lady emergió dispuesta a coordinarse
con quien sepa solicitarlo.
“Los caballos saben hacerlo, es nuestra responsabilidad aprender a pedirlo”!.
En el siguiente video la vemos de la mano de una niña de
13 años realizando un repaso mínimo de mansedumbre…(loca?, mala?, intratable????).
Gracias a estos especiales individuos retornamos a la humildad de reconocer que siempre estamos aprendiendo.
Manejo Integral es Bienestar Animal
Manejo Integral es Bienestar Animal
No hay comentarios:
Publicar un comentario